jueves, 16 de junio de 2011

El impacto sociocultural del fútbol: Su ancestro oriental, el Cuju


Como preámbulo quiero decir gustosamente que este es el inicio de una serie de artículos relacionados al fútbol o soccer, comenzando con su historia y orígenes así como su impacto en la cultura y calidad de vida de las personas. También como algunos regímenes autocráticos se han beneficiado del mismo en busca del engrandecimiento de su propio sistema de gobierno, así como darle sentido al mismo. Por otro lado, también quiero expresar su influencia en la sociedad y finalizaría resaltando la rivalidad entre varios equipos, una competitividad que raya en el encono como consecuencia a la diversidad sociocultural de nuestro mundo. Espero hacer un buen estudio del mismo, pero que además sea al agrado de los lectores.

En esta introducción y, como en todo en la vida, comenzaré hablando de la historia para así partir de su desarrollo. Obviamente, al final de los trabajos a desarrollar llegaré a las conclusiones del mismo. Una de ellas relacionadas a la combinación entre el deporte y el espectáculo que ofrecían los antiguos romanos a fin de darle circo al pueblo y el ya sabido movimiento de masas.


En cuanto a historia, varias culturas desde sus orígenes han desarrollado el juego de la pelota de una forma u otra. Sus razones pudieron ser diversas desde la cuestión religiosa como se dio en los pueblos de Mesoamérica o hasta como pura diversión o pasatiempo como sucedió en la Europa medieval y en sus subsecuentes años. También puede significar una rivalidad como la que existía entre los estados italianos del medioevo donde se practicaba el famoso Calcio y que tenía su aspecto similar al de carnaval. Vaya hasta la política se ha reflejado en la rivalidad de este deporte.

La actividad más antigua relacionada a este deporte y, de la que se tenga conocimiento, se remonta, en la antigua China, entre los siglos III y II a. C. En un manual de ejercicios militares correspondiente a la dinastía Han (202 a. C.- 220 d. C.). El juego era llamado ts’uh Kúh, tsu chu o cuju, y éste consistía en lanzar la pelota con los pies hacia una pequeña red. De hecho chu significa dar patadas. Este deporte también tenía sus variantes, una de ellas agregaba como modalidad el sortear el ataque de sus rivales, mejor conocido hoy en día como el dribling.

Tanto mujeres como hombres podían practicar el cuju pues se jugaba por géneros con ligeras variaciones entre uno y otro. Al principio comenzó como una práctica callejera que con el tiempo se fue adentrando en las clases altas hasta arraigar en importancia. El fin no era tanto competir, importaba más jugarlo. El objetivo era meter la pelota en un arco ubicado en la mitad de la cancha, el cual estaba sostenido por dos palos de aproximadamente diez metros de altura, era una red enorme con un hueco en el centro y era ahí donde se debía meter la pelota para conseguir el punto. Era también un deporte utilizado como método de entrenamiento para la milicia china y es que se creía que les ayudaba a desarrollar ciertos valores útiles para la guerra como la confianza, el apoyo, la solidaridad, la ayuda, el trabajo en equipo además de permitirles incrementar su rendimiento físico y desarrollar las capacidades atléticas de los militares.

Existían dos formas primordiales de jugar el cuju: “Zhu Qiu” y “Bai Da”. El primero era generalmente practicado en los banquetes de la corte y que se celebraban con motivo al cumpleaños del emperador en los actos protocolarios y consistía en dos equipos que se integraban de 12 a 16 jugadores respectivamente. En el segundo, su estilo era el dominante del cuju  de la dinastía de la canción y que le daba más importancia a las habilidades personales. Empero, esto hizo que se volviera obsoleto por lo que en el campo donde se jugaba, se incluyó el hilo de rosca que permitía a los jugadores dar vueltas para golpear la bola con la parte interna del pie.

El cuju empezó a declinar durante la dinastía Ming, aproximadamente entre 1368 y 1644 gracias a la negligencia, por lo que así moría un deporte de 2000 años de vida. La próxima semana hablaré de su otra variante oriental practicada en el Japón: el Kemari.


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